miércoles, 9 de julio de 2008

Vacaciones en Roma


Decidir el lugar al que ir de vacaciones es uno de los entretenimientos a los que uno puede dedicarse durante el largo periodo estival. Como si nos resultara pesaroso quedar en la ciudad que nos vio nacer, podemos acabar partiéndonos el cráneo por encontrar ese idílico viaje que luego narraremos a nuestras amistades con burguesa fascinación. En mi caso, encontrar destino tampoco suele costarme demasiado tiempo (en esto soy como en lo de comprar ropa, raudo como el rayo), pues lo que más grato me resulta siempre es la persona que me acompaña. A solas, puedo pasarlo francamente bien viendo mis peliculitas, leyendo mis libricos, escribiendo mis extravagantes historietas y noveluchas, jugando a mi flamante Xbox 360 (en breve caerá la PS3), leyendo algún que otro cómic, escuchando música o colgando entraditas en el blog de turno, pero ya dijo Dios que no es bueno que el hombre esté solo (e imagino que lo dijo en un sentido antropológico). Así que, dicho y hecho, este año toca emular a Gregory Peck y Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma, aunque yo siempre he sido más devoto de la Roma de Fellini.

Cuna de la civilización latina, del Renacimiento y de la pizza, lo de Roma me apetecía (siempre que fuera bien acompañado) por darme de paso una vueltecilla por el Vaticano y por comprar la biografía de Lucio Fulci (si en algún sitio la he de encontrar…). Imagino que además de visitar el Coliseo, la Fontana de Trevi y otras lindezas, acabaré cargando la maleta con DVD de Dario Argento, Michele Soavi, Puppi Avati y otros maestros europeos del “cinema” fantástico. Ya se sabe que los que tendemos al “freakismo”…

Pero para que salga el vuelo quedan todavía largas semanas. Tras desestimar canarios y caribeños destinos, nos queda un impagable tiempo de ocio en este pedazo de piel de toro que es España. En breve, a la costa mediterránea a pasar unos días.

¡La vita è bella!

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